"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo"
Oscar Wilde

domingo, 25 de mayo de 2014

De Gabo, uno de los grandes

Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera.

Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco, soñaría más; entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol dejando descubierto no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. 

A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.


Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... 

He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. 

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene apretado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho de mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrá de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.


Trata de decir siempre lo que sientes y haz siempre lo que piensas en lo más profundo de tu corazón.

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo, te diría "Te Quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da siempre otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuánto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso, no esperes más, hazlo hoy, ya que si mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para un sonrisa, un abrazo, un beso, y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias", y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus nobles pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.

Finalmente, demuestra a tus amigos y seres queridos cuánto te importan.


[Gabriel García Márquez]

sábado, 17 de mayo de 2014

"Gràcies"

Este "gràcies" (gracias) vale muchísimo.

Gràcies a tu iaia. Per tot, per tu.
Per dir-ho quan no parles quasi.
Per somriure encara que no sàpies què ocorre o perquè, encara que no entengues res.


Esta enfermedad es un desafío grande para toda la familia. Es agotadora, emocionalmente sobretodo. Pero cuando te sonríe o te da las gracias con esos ojitos, el corazón se encoge un poquito más.


Tú cuidaste de mí, es un honor poder cuidar un poquito de ti.


domingo, 11 de mayo de 2014

Derrumbamiento

¿Sabes eso que es estar haciendo algo normal y derrumbarte cual castillo de naipes?



Ese "algo normal" ha sido limpiar la licuadora en casa de mis abuelos esta mañana. La presión, junto con el agotamiento acumulado, ha terminado por vencerme.



Necesitaba un momento así, de derrumbe, para poder levantarme de nuevo asida de la mano de Quién puede todo.

Para volver la vista y poner a Sus pies todas mis preocupaciones, miedos, deseos...

Para confiar en que Él tiene el poder.

Para recordar que Él está al control, que nada escapa de su conocimiento.

Para recordar que debo permanecer en Él y que todo lo demás vendrá por añadidura.

...


Tengo fe, aunque sigue siendo poca, a la luz de los hechos recientes.



Pero de algo tengo certeza, y es que sigo mirando al cielo en cada paso, en cada momento...

Sigo dando gracias a Dios porque, a pesar de quién soy yo, Él me ama.


"El Fin de Semana Es Tuyo"

O por lo menos es la idea que vende el último spot televisivo de Casa Tarradellas.


En realidad, el comercial es bonito y divertido, música tarareable y esas cosas que tienen los spots.

Pero, la primera vez que lo vi me dejó pensando. ¿El fin de semana es mío?

Voy a dejar a un lado (por el momento) el sentido de "propiedad" sobre el tiempo (considero que nadie puede enseñorearse del tiempo, nadie puede hacerse con él, sólo Dios-).

Sin embargo, he estado reflexionando en mis fines de semana. ¿Qué hago? ¿Con qué motivación? ¿Por qué? ¿Tengo elección? ¿...? Y muchas más preguntas de este corte. 

En los últimos meses, el fin de semana ha sido una prolongación de la semana. 48 horas más. Escasas si de descansar se trata, que han convertido el paso de los meses en un paseo fugaz por el tiempo [miro el calendario que me sitúa casi a mediados de mayo, lo que supone estar casi a mitad de año; hace dos días era Navidad todavía...].


A día de hoy, sigo pensando al respecto...

Y tú, ¿tu fin de semana es tuyo?






sábado, 3 de mayo de 2014

De caminos y senderos

Quién me conoce bien puede confirmar que hacer senderismo es una actividad/deporte que me gusta hacer de vez en cuando.

El pasado 1 de mayo, festivo por ser el Día del Trabajador, volvimos a salir a caminar unas cuantas amigas.

Lo cierto es que nos lo tomamos con calma, nos gusta aprovechar ese tiempo para compartir como estamos, hablar, disfrutar del paisaje y de la Creación de Dios.


Personalmente, me gusta porque hacer una ruta me hace pensar en la vida, en el curso de la misma. Tienes una meta, un objetivo que alcanzar, y sólo tienes que caminar hacia ella.

Pero, ¡cuidado! En los caminos, puede haber zonas llanas, sin peligros, o te puedes encontrar zonas escarpadas, con pendientes, suelos deslizantes o cualquier otro tipo de impedimentos que hagan que la senda se vuelva más costosa.



En esos momentos, debes caminar con precaución, quizá más lentamente, pero asegurando cada paso. Son momentos de tensión, muchas veces de tener que confiar en quien te acompaña si te tiende una mano...


El otro día pensaba en esto mientras bajábamos una pendiente, que aunque ancha, la tierra se movía, resbalaba, y te hacía perder el control de la situación si pisabas dónde no tocaba.

Pensaba en esto y en cuántas veces en la vida he atravesado estos caminos, y en cuántas más veces los atravesaré. Sin embargo, mi cayado no se va a quebrar. Mi apoyo es Dios.

A veces me doy cuenta de que estoy caminando sola (por mi parte, no por la Suya), pero siempre a tiempo vuelvo a Quién me da reposo y me alienta.

A Quién lo es todo y me ha dado todo lo que tengo.

A Quién pensó en mí mucho antes de que yo existiera.

A Quién me ama a pesar de quién y cómo soy.


Por ello, sí, la vida será como un sendero, con sus señalizaciones borrosas y sus caminos serpenteantes y resbaladizos, pero tengo la certeza que no camino sola. Confío en Dios.


Pensando en esto el otro día, me vino un conocido salmo de David.

El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
En lugares de verdes pastos me hace descansar;
junto a aguas de reposo me conduce.
Él restaura mi alma;
me guía por senderos de justicia
por amor de su nombre.
Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento.
Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos;
has ungido mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor moraré por largos días.