"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo"
Oscar Wilde
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miércoles, 9 de junio de 2010

Se acerca

Hoy puedo permitirme pasarme por aquí y dejar unas palabras que llevaba tiempo a medio escribir.

Ha pasado semana y media, y ya sólo me queda uno, el último, obviando el del British Council del próximo sábado. El último examen de la licenciatura. Se dice pronto.

Ahora escribo en plan abuela... Aún recuerdo el primero de la convocatoria oficial. Porque hicimos un primer ensayo en noviembre, pero no contaba, así que...

Fue de contabilidad financiera, y creo que fue un 23 de enero por la mañana prontito, sobre las 9. Éramos estudiantes de primero enfrentándonos al primer Enero. Ese examen era la primera piedra del camino a superar, y luego vendrían aún 5 más ese mes. Íbamos con nuestras calculadoras, nuestros bolis y demás, preparados para el temido. Al ser el primero, nunca se sabe muy bien como es. Mi estómago era un nudo, la noche de antes no podía dormir, y además me levanté muy pronto, igual que hacía en el instituto, para el repaso de última hora -o primera, según se mire. Lo cierto es que las dos horas y media pasaron, y el examen salió y muy bien, además.

Ahora, 4 años y pico después, los exámenes se han convertido en una rutina estacional. Enero y junio. Dos meses en que los nervios, el descansar poco, echarle horas al escritorio con los apuntes o a la biblioteca, mucho café y poca luz natural son los máximos aliados.


Pero se acaba. Ahora sí se acaba. Ha llegado el momento. Hace dos semanas la última clase, dentro de dos el último examen... Se hace tan raro. Como bien me decían quizá no fuera la última clase de mi vida, pero sí la última de esta etapa de la vida que se ha alargado 20 años. 20 años, se dice pronto.


Empieza una nueva etapa. Está ya muy cerca. De hecho se han movido muchos hilos, y la posibilidad de tener que decidir ya es más real que nunca. La espera es horrible. "En tres semanas tendrás noticias nuestras". Vaya unas tres semanas. Y ahora entra en juego otra posibilidad. ¿Qué hacer si se me ofrecen los dos sitios? Uff... Gran decisión. Gran dilema.


Por lo pronto, centrémonos en el First de este sábado y luego tendremos 10 días para el último. Pero, ¿qué haré el día 23?

miércoles, 20 de enero de 2010

¿Qué comeremos?

Llevo un par de días con la mente mareada. El período de prácticas termina pronto, y luego sé que los 4 meses que me quedan en la universidad van a pasar aún más rápido.


Otros años, a estas alturas, me encerraba en casa o la biblioteca a estudiar y a hacer exámenes que indicaban que terminaba una parte del año. Lo cierto es que desde que empecé hace cinco años ya, los años para mí son como dos cursos: de septiembre a enero y de febrero a junio, ya que en febrero era como estar otra vez septiembre, por las nuevas asignaturas y eso…


Lo bueno de verlo así, es que el tiempo pasa muy rápido. Y se suceden los años. Hasta que llega este. En octubre no me preocupé, aún había tiempo. Pero ahora, que empieza el “segundo” curso del año, veo que relativamente pronto esto se va a acabar. Y esto es mucho más que un año. Es mucho más que una fase más de estudio. Sí, es cierto que si Dios quiere en julio habrá una primera licenciada en la familia, pero no sólo es el hecho de terminar la licenciatura. Es algo mayor. Es un ciclo completo de la vida.


¿Un ciclo completo?, estaréis pensando. Sí. Porque en lo que se ha basado mi existencia hasta el momento es en estudiar. Colegio, instituto, universidad… Vale que es algo necesario, y no simplemente el hecho de estudiar. Es una etapa de continuo aprendizaje. Con esto no quiero decir que el resto de la existencia no se base en aprendizaje, pero es un aprendizaje diferente. Hasta ahora han sido conocimientos básicos, y también no tan básicos. Ahora el aprendizaje no sólo consiste en aprender más cosas sino que también se van a desarrollar los conocimientos adquiridos hasta el momento, y también la propia persona.


A lo que iba. Terminar la carrera acarrea un peso: decidir hacia dónde seguir. Hay quien empieza a estudiar más cosas, quizá por el miedo a avanzar o porque la vida de estudiante es bastante cómoda, si bien la desventaja principal es la falta de ingresos. Pero llega el día en que hay que seguir. ¿Hacia dónde? ¿Cómo? ¿Metas y objetivos? Es algo importante, sin duda.


Sin embargo, aún no ha llegado ese momento. Aún queda tiempo. Habrá quien lo entienda como querer dejar para mañana algo que se podría hacer hoy. Pero no. Es simplemente que aún no ha llegado ese momento. Recuerda, todo tiene su tiempo. Por ello estoy tranquila.


Además, tampoco es simplemente lo que yo quiera o me gustaría. Dios no está al margen. ¿Qué tiene Él preparado para mí? ¿Dónde quiere que esté? Preguntas aún sin respuesta, pero que no me preocupan en este momento más de lo que deben. Todo tiene su tiempo. Y no sólo eso, sino que recuerdo las palabras de Jesús a sus discípulos:


“Por tanto os digo: No os angustiéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se angustie, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os angustiáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?

No os angustiéis, pues, diciendo: "¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?", porque los gentiles se angustian por todas estas cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas ellas. Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Así que no os angustiéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propia preocupación. Basta a cada día su propio mal”. (Mateo 6:25 al 34)


Y es verdad. ¿Por qué preocuparse ahora? Si Dios cuida maravillosamente de sus criaturas, también va a proveer para mí. Además, aún hay mucho que hacer donde estoy.



Así que... a seguir adelante, con la vista siempre puesta en Aquel que nos da Vida.


lunes, 7 de septiembre de 2009

Ordenando

Muchas, muchas palabras. Muchos, muchos pensamientos. Muchos, muchos sentimientos.

Ha llegado septiembre, el nuevo curso escolar, los reencuentros... y con todo ello, un torrente de palabras, pensamientos, sentimientos... Fluyen bastante desordenados por mi mente, de un procesador a otro, tratantando de acertar por qué ha aparecido, o qué debo de hacer con él, como si fuera una pieza a ajustar en su posición para que dé lugar lo mejor de sí.
El problema radica en que en todo el río hay muchos (pensamientos, palabras, ...) que pueden estar de paso, otros que se quedan estancados, novedades que asimilar y definir su posición, algunos que resisten al paso del tiempo, otros que son inamovibles...

¿Cómo ordenar todo esto? Sola no puedo.


Where do You want me?

domingo, 12 de julio de 2009

Objetivos

Hace ya 4 años que decidí enfrascarme en esta etapa. Parece mucho tiempo, y lo cierto es que han sucedido barabaridad de cosas en este periodo, pero no puedo pensar en otra cosa más que en lo feliz que estoy ahora mismo.

Si bien es cierto que no estaba plenamente segura de que estuviera eligiendo bien, a día de hoy aún me lo cuestiono, creo que estoy desempeñando la tarea de aprendizaje de la mejor de las formas posibles. Me gusta y disfruto con ello, si bien no con todas als materias, sí con la mayoría.

Este curso planteé un objetivo ambicioso, no sólo por la cantidad de créditos sino tamibén por el número de materias y carga de trabajo. Hace unos meses creí que no lograría superarlo. De hecho hasta hace unos días creí que no lo iba a superar. Pero una vez más he visto el esfuerzo recompensado, a pesar de lo duro que ha sido este curso, y no por cuestiones relacionadas, más bien por alienas a los estudios.

Sin embargo, a pesar de la felicidad por haber superado un curso más, empiezo el camino hacia otra nueva etapa. Si Dios quiere por estas fechas en un año seré licenciada, y habré finalizado con satisfacción los estudios que siempre quise estudiar, pero se abrirá ante mí un futuro mucho más amplio. Espero no tomar decisiones a la ligera al respecto de esto. Espero contar, como hasta ahora, con la guía de Aquél que está a mi lado en todo momento, y espero saber discernir Su voluntad para mi vida en esa nueva etapa.

Pero hasta que llegue ese momento, tengo por delante aún unas prácticas y otro curso lectivo, el cuál espero saber disfrutar y aprovechar al máximo para seguir aprendiendo, tanto a nivel profesional como personal.

viernes, 17 de abril de 2009

Dirección

Futuro. Final. Principio. ¿Qué hacer?


Todas son palabras que se agolpan en mi mente. Y aún queda más de un año (si va bien) para tomar esa decisión. ¿Posibilidades? Muchas. Pero, ¿cómo decidir? Me resulta complicado tener que decidir qué quiero hacer a tan largo plazo, cuando ni siquiera sé dónde voy a comer mañana. Y no es algo que deba decidir a la ligera.

Me gustaría tener la oportunidad de seguir especializándome. También de viajar al extranjero y trabajar. Pero me atrae bastante la idea de viajar al extranjero para trabajar un tiempo en algún tipo de misión, y aprender más de Dios, de mí misma y a confiar en Él.


Pero ya no sólo me preocupa mi futuro a largo plazo. También mi papel en la situación actual en muchas áreas de mi vida. Iglesia y familia quizá sean las dos agrupaciones que lo engloban todo.


Quiero crecer, y quiero ayudar a crecer. Pero tambalean las paredes de mi iglesia local, a nivel general y también concretando en el sector joven. ¿Qué debo hacer ahí? ¿Qué papel juego yo en cada uno? ¿Cómo afrontar los cambios (o la inexistencia de éstos)?

Cada miembro es una isla, agrupado en pequeños islotes (alguno quizá más grande), flotando a la deriva en el mar que hemos dejado crezca entre unos y otros. ¿Cómo haremos para reunir las tierras y así llegar más lejos en el propósito que nos une (debiera unir)? Es complicado, lo reconozco, y más aún si hay ciertas tierras que no son (o no parecen) fértiles...
Preocupación también por ciertas tierras que están buscando pero pueden equivocarse cuando encuentran y por tierras que están a la deriva y cada vez se alejan más...

Además, hay diversidad de opiniones con respecto a ciertos aspectos concernientes a la iglesia en mi entorno más próximo, y aunque ésto no debería influenciarme en mis pensamientos, el hecho de que sea complicado defender mi postura, o explicar las causas que la explican, me hace dudar de mí misma.



Por otro lado, las decisiones tomadas para mejorar y solucionar ciertos problemas familiares parece que han hecho estancar la situación aún más.

Mejorar la relación con una persona es complicado cuando hay que empezar a crearla desde la base, y cuando para ello has tenido que hacer ver que no vas a permitir más fueras de juego, pues se hace más cuesta arriba. Pero sé que ha sido una buena decisión, tomada tras muchas deliberaciones y opiniones diversas de agentes externos. Que funcione o no ya no sólo depende de mí, sino también de los esfuerzos de la persona que tengo enfrente.

Y no sólo es eso. Hay más cosas que trato de llevar buen puerto. Mientras las llevo a cabo, hay que salen mejor que otras, y otras que parecen irreversibles a día de hoy. Pero mantengo la esperanza, porque sé que no es un acto de egoísmo, sino algo que hará mejorar la calidad de vida de mi familia. Aunque quizá no vean que es necesario ir haciendo obras de reforma.



No obstante todo esto, sigo confiando. Y apoyándome en todas esas personas que han demostrado que están ahí para todo aquello que necesite, a quiénes demando que me hagan ver si me equivoco en mis razonamientos. Pero, sobretodo, sé que no estoy sola. Ya no sólo estoy rodeada de amistades y personas que me brindan su apoyo, está Dios. Y he visto su actuación en mi vida muchas veces, pero también en la vida de otras personas que también están en momentos difíciles. Él está dirigiendo sus vidas, así como quiero que dirija la mía.

La pregunta que me hago entonces es, ¿estoy dejándome dirigir? Pregunta introspectiva que no siempre me da la misma respuesta.


Pero es simple. Busco dirección.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Tiempo

Discúlpenme otra vez. Creí haber terminado el stress por unas pocas semanas, pero… no. La vida sigue sin dejar descansar ni siquiera dos horas entre un semestre y otro. ¿Seré yo que no sé decir que no? ¿Será que estoy con ese “activismo” que siempre creí saber dejar lejos de mí? Me da miedo que suceda esto, porque entonces haré muchas cosas, y no haré bien ninguna. Espero ser lo suficientemente inteligente (como algunos creen) como para saber centrarme en lo realmente importante y dejar estar lo que sólo es urgente. Me estoy volviendo cada día más de esas personas que viven por lo urgente y dejan de lado lo importante. Pero me di cuenta a tiempo. Necesito más tiempo. No, no es cierto. Necesito distribuir mejor mi tiempo. La eterna discusión. Permítanme estas palabras. Nuevos proyectos, nuevos trabajos, nuevas inquietudes, nuevas cosas que hacer, pero el mismo tiempo. Y, como bien dice el pie de página, “todo tiene su tiempo”. Y no lo pongo en duda. ¿Pero es este el tiempo de todo esto que creo? ¿O sólo me afano en cosas urgentes, no realmente importantes, y que son finitas? Es decir, que si todo lo que hago realmente importa, es necesario y va a perdurar en el tiempo, como la mejor de las amistades… Hablando de amistades, tengo muchas personas a las que echo de menos y aún no he visto. ¿Tiempo para más sorpresas? No tengo tiempo ni siquiera para consultarle a Él todas mis dudas, y preguntarle dónde me quiere actuando, como para pensar en sorpresas, viajes… Pero sé que lo haré. Tengo ganas. Hablando de Él, estoy triste porque no puedo dedicarle mucho, aunque aparentemente cada vez ande más involucrada en sus trabajos. La pregunta que se me plantea es si entonces son realmente Sus trabajos, o si simplemente he caído en ese “activismo” que nombraba hace unas pocas líneas. Soy un lío ahora mismo. Hablando de tiempo… no sé qué hago aquí escribiendo cuando no tengo tiempo para nada. Me faltan horas. No, no son horas. Es una capacidad organizativa mejor. Pues lo dicho, dejemos de perderlo en esto para dedicárselo más a lo importante. Lo urgente de hoy ya será importante mañana. O quizá no. Hablando de mañana, prometí muchas más palabras que sigo teniendo apuntadas. Cuando haya organizado mi tiempo un poco mejor, no dudaré en trasladarlas. Aunque quizá entonces ya no tengan sentido. Es la paradoja del tiempo. ¿Urgente? ¿Importante? ¿Con sentido hoy? ¿Sin sentido mañana? Espero ser dirigida por Él en el momento de organizarme. Necesito que sea Él quien marque mi ritmo, y no la tiranía de lo urgente.

Quiero que seas Tú. No quiero dejarte atrás. Todo tiene su tiempo. Muéstramelo.

lunes, 9 de febrero de 2009

Observando...

Una de mis últimas sesiones de estudio en la biblioteca, mientras trataba de concentrarme en la investigación de mercados y la forma en que se diseña una investigación, “apliqué” parte de los conocimientos que estaba aprendiendo esa mañana. Realicé una investigación exploratoria, mediante la técnica de la observación comercial, sobre la manera y los métodos de estudio de mis compañeros de mesa.

Se trató de una observación informal, directa, natural, humana (la hacía yo, jaja) y no conocida. Vale, ya dejo la terminología técnica… Era una observación sin planificar, realizada en el momento y entorno en que ocurría el objeto a estudiar, y sin conocimiento de mis compañeros.

Fue curioso. Cada uno estudiábamos cosas diferentes, y sin apenas relación entre ellas.

Unos cuantos estudiaban haciendo ejercicios y muy concentrados en sus números. Otros, tenían materias más teóricas, y aquí también surgían discrepancias. Uno subrayaba con muchos colores según el tipo de información que tuviera delante; otro subrayaba casi todas las líneas de sus apuntes, luego marcaba con el lápiz otras tantas…; otro tenía en su libreta la materia escrita de lado a lado, sin dejar un margen…

También diferíamos en el tamaño de nuestra letra, en la organización de nuestro espacio en la mesa, las veces que nos levantábamos para hacer nada…

En realidad, lo hice porque me aburría estudiar la asignatura, pero aprendí algo importante: nadie tiene la mejor forma de estudiar. Cada uno lo hace lo mejor que puede o sabe hacer, y según mejor le funciona, pero eso sí, todos estábamos ahí por una causa común, aprobar unos pocos créditos que nos acercarían más hacia el final de nuestras respectivas carreras.

Lo cierto es que fue una forma de aprenderme también lo que yo estudiaba, y no tiene ningún tipo de rigor. Pero casi 1000 estudiantes nos hemos estado reuniendo en un lugar para hacer lo mismo, y cada uno lo habrá hecho de una forma.

Aunque después de haber hecho el examen, me di cuenta de que mi “investigación” no me había servido para preparar mejor una asignatura que no sé si algún día utilizaré en la vida real y que no sé si he superado. Espero la nota impaciente.

miércoles, 7 de enero de 2009

Cosas que decir

2 de enero de 2009

¡¡¡Feliz año 2009!!!

Espero y os deseo lo mejor para este nuevo año.


Lo cierto es que hemos cerrado uno que, no sé a vosotros, pero a mí me ha resultado difícil, aunque ha tenido también muchas cosas buenas.

En sus últimos días pasé ratos con familiares que no veo muy a menudo, hablé con amigos que están lejos - y no tan lejos…-, disfruté con las actividades en la iglesia…

Así que espero que para este nuevo año esto ocurra con más frecuencia, y tenga también sus buenos ratos.


Ahora bien, me disculpo por no escribir durante estos días, en que, aunque me hubiera gustado hacerlo, no he podido.
¿Me habéis echado de menos? Algunos sé que sí… Incluso ha podido llegar a saberme mal, ya que hay quien sólo lee las pocas palabras que yo escribo…

Creo que escribí algo ya sobre la dependencia tecnológica que ha creado la sociedad. Y, he vuelto a ser víctima de ella. En realidad viene bien, te das cuenta de todas las cosas y del tiempo que te pierdes enganchada a la tecnología.



Lo cierto es que entre unas cosas y otras tendréis que esperara aún un poco más para leer algo más que palabras. Se avecinan exámenes (otra vez) y, a menos que tenga algo bueno (o importante) que decir, me despido hasta nuevo aviso.

Un beso a todos










7 de enero de 2009



Vuelta al cole, temas pendientes, preocupaciones del nuevo año....






[Espero que a la vuelta de exámenes el problemilla técnico esté ya solucionado].

martes, 2 de diciembre de 2008

Agobio

Hago un alto en el camino para explicar la carga de trabajo aún por hacer en dos semanas.

Se trata de inglés, que no he tenido mucha suerte en el principio del curso, por la incompetencia de una profesora. Es cierto, ha sido culpa suya. Como era sustituta, no se interesó por ver cómo se preparaba la asignatura, y se dedicó a perder el tiempo. Ahora, nos han proporcionado (¡por fin!) el planning para el curso y resulta que tenemos un examen dentro de 14 días y que entregar un portfolio monumental en 16.

Lo cierto, es que veía venir algo así, viendo el ritmo de la profesora incompetente. En realidad no era incompetente, inglés sabía, lo que no hizo fue informarnos debidamente de las cosas, de hecho, creo que ni se preocupó... Así que, tengo una montaña de trabajo monumental de inglés (aparte de las otras 6 asignaturas... :S) que menos mal que fui lista y por mi cuenta me he ido mirando algo de lo que tengo que hacer, pero aún así, el agobio es inmenso...

Por tanto, ahora toca trabajar un poco más, con lo que igual no aparezco hasta después de no sé sabe cuando... a menos que ocurra algo sorprendente o muy relevante.

O quizá no...

martes, 4 de noviembre de 2008

Nuevos ¿retos?

No sé si otros dirían que son retos. Ni si yo misma lo definiría así. Tampoco sé si todos son restos, si no lo es ninguno...


Voy a empezar a dar clases en la escuela dominical de mi iglesia, a niños pequeños, y creo que eso conlleva una gran responsabilidad. Los niños son muy listos, muy despiertos, hacen muchas preguntas... Sé que no ha sido una decisión que haya tomado a la ligera, ni tampoco por mi cuenta. Me preocupa no estar a la altura de lo que necesiten los niños... Aunque también sé que Dios me ha puesto aquí, y que me va a preparar... Así que, ¿reto?

En casa las cosas van a rachas, y lo que quiero es que nos dejemos todas de tonterías y seamos claras y nos digamos todo y podamos volver a empezar y estar bien la mayor parte del tiempo, porque decir siempre tampoco sería realista. Esto empieza por mí misma, así que... a aplicarme el cuento... ¿otro reto?

También quiero aprovechar al máximo el tiempo que paso con amigos, gente de la iglesia, conocerlos más, que me conozcan más... ¿el tercero?

Saber establecer y esclarecer prioridades. Es algo que siempre hago y que luego se enmarañan todas y acabo como al principio, de forma inconsciente o no.

Superar el curso y conseguir algún trabajo que pueda compaginar con los estudios...

...


No sé si queda algo de lo que ronda por la mente que no haya dicho aquí, o que no esté implícito en lo ya dicho... Pero, ¿los puedo llamar retos? Creo que para mí lo son. Y no sé si estoy preparada para todos. O si voy a saber afrontarlos todos cómo debiera, o si voy a saber sacarlos adelante, o ponerlos en práctica, o si al final desistiré... Lo que sé, y ya he dicho en más de una ocasión, es que NO estoy sola en esto. SIEMPRE está Él a mi lado. Y si hay algo que tenga que aprender de todo esto, estoy segura de que me lo mostrará, aun sabiendo que puede venir después de un batacazo...



Así que, dejaré de pensar en qué puede pasar y voy a ponerme con todo esto. Ya veremos cómo van saliendo...

martes, 9 de septiembre de 2008

Decidiendo hacerse mayor

Se toman decisiones a diario. Qué me pongo, por qué calle voy a pasar, qué hago para comer... son sólo unos ejemplos de decisiones a las que nos enfrentamos todos los días y que apenas pensamos al tomarlas (a menos que seas mujer y estés dos horas frente al armario).

Pero existen también decisiones más difíciles de tomar. Son aquellas que encaminarán de una forma u otra tu futuro. Qué estudiar, con quien salir... Éstas requieren más tiempo, aunque, la verdad, viendo como se comporta la sociedad actual, cualquiera lo diría.
En las últimas semanas he tenido que decidir cómo quiero continuar con mi carrera. Tenía ya claro la especialidad, pero el saberlo no lo ha hecho más fácil. Muchas asignaturas, diferentes horarios y agrupaciones, optativas que no cuadran, compañeros que no saben qué hacer... Pero hay que saber qué es lo que le conviene a uno mismo, sin mirar mucho por los demás, al menos, en cuanto se refiere a nuestro futuro profesional. Si hablamos de otras cosas eso sería muy egoísta... Además, antes o después llega el momento de elegir, de separarse de los compañeros (que pueden haber sido amigos) y no por ello se acaba el mundo. Aunque cueste hacerse a la idea de que ya no se compartirán esos ratos con ellos, siempre puedes llamarlos y quedar a tomar un café...


Es en una situación cómo ésta, cuando me doy cuenta de que creces, tienes cada vez que elegir más cosas y más determinantes y que hay que hacerlo y punto. Y a veces extraño ser una niña y que elijan por mí a qué cole tengo que ir o dónde van a comprarme la ropa (aunque es cierto que cada vez más son los niños los que deciden por puro egoísmo). Y me da miedo pensar que pueda equivocarme cuando tenga que elegir entre diferentes trabajos (ojalá, porque con las crisis...), o dónde voy a vivir, con quién quiero pasar el resto de mi vida... Pero es entonces cuando me doy cuenta de que siempre va a haber alguien que me ama y que no va a permitir que ocurra nada malo. Ese es Dios, y me alegra tenerle conmigo a cada instante sabiendo que Él va a guiar todos mis pasos y me va a cuidar.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Volver... pero también cambiar

Septiembre ha empezado. La vuelta al cole/trabajo. La cuesta de septiembre. El síndrome postvacacional. Y un sinfin de cosas que vuelven asociadas a este mes.
Se vuelve a la rutina diaria, siempre proponiéndose hacer algún cambio en la vida de uno mismo. Que si dejo de fumar, o empiezo a ir al gimnasio, o cualquier cosa de estas, que luego la mayoría de la gente no cumple (ojo, he dicho la mayoría, siempre hay alguna honrosa excepción).


Por mi parte, he decidido un par de cosas. Irlanda me ha abierto los ojos a unas cuantas cosas, sobretodo concernientes a la vida en la iglesia. Pero, no voy a hablar de esto ahora, auqnue daría para un par de entradas. Quizá cuando se resuelva la situación del grupo de "jóvenes".

Aún así, hay varias cosas que quiero empezar a hacer bien. Voy a intentar ser más paciente (no es que no lo sea, pero sé que puedo serlo más), voy a trabajar mucho mi relación con Dios. Quiero acercarme más a Él y que sea Él quien guíe verdaderamente mi vida. Quiero ser un poco más fuerte emocionalmente, y eso requiere un esfuerzo ya que quienes me conocen saben lo sensible que soy y lo poco que necesito para echarme a llorar, y eso debe cambiar (para esto también necesito ayuda de Él). Pero, también quiero poder estar en casa sintiendo que estoy en casa. Quiero que el llegar a casa no sea un dolor de cabeza constante, quiero intentar que la relación existente entre madre- hermana- yo sea más fluída, hay más respeto, podamos confiar las unas en las otras... Pero esto requiere un esfuerzo por parte de las tres, que no creo que ellas estén dispuestas a asumir o querer llevar.


En fin, esto son unas cuantas cosas de esas que quiero empezar a hacer bien. Sé que no estoy sola. Hay quien me apoya y en quien apoyarme. Hay gente en la que puedo confiar y con la que puedo contar. Sobretodo está Dios. Sin Él, nada de esto va a ser posible, por lo que lo pongo todo en sus manos. Pongo este nuevo curso en Sus manos, y con ello todas esas cosas que necesitan mejorar, cambiar de raíz, todas las relaciones personales... todo.



Así que, toca volver... pero volver cambiada, o en un proceso cambiante. Irlanda me ha puesto las pilas, y las conversaciones con la gente de aquí también.



Así que... ¡¡adelante!! De momento, aún tengo unos días libres para ir pensando en todo esto, y ver cómo se puede hacer factible. Ya veremos cómo resulta todo.


Porque, como leía el otro día, todo tiene su tiempo.

miércoles, 4 de junio de 2008

Alternativas

Varias alternativas a elegir. 2 meses en blanco. ¿Qué hacer?

Parece el slogan de un telefilme barato. Pero es mi vida. Los dos meses son julio y agosto. Las alternativas son bastantes.

Mi primera idea era buscar un trabajo que me permitiera comenzar en el mundo laboral un poco más en serio, con el que a la vez ganarme los cuartos para pagar la facultad el curso que viene, que será bastante más dinero que este curso, pues son más créditos y no parece que vaya a sacar ninguna matrícula. Pero a estas alturas del partido, aún no me he movido mucho por la causa. Sí, he enviado mails por internet y todo eso, pero no da resultado.

La segunda opción es la habitual de todos los veranos, irme de campa de GBU. Este año vuelve a ser en Peña de Horeb, en Sacedón, Guadalajara. A decir verdad, esta opción la descarté con total seguridad cuando me convencí que quería trabajar, aunque realmente me apetezca estar allí por volver a ver a toda esa gente, muchos amigos que se ven de año en año.

Otra alternativa surgida hace poco era la de realizar un curso intensivo de inglés, porque la verdad es que lo tengo bastante abandonado y/u olvidado. Lo que echa para atrás de esta opción es su coste, muy elevado. Además, podría ser opción a realizar en septiembre si consigo el dinero trabajando.

Y la última de las opciones, de momento, nació el lunes. Es la posibilidad de ir a Belfast (Northern Ireland, UK) como monitora en una escuela bíblica o campamento para niños. Esta recoge parte de las alternativas segunda y tercera, pues se trata de 10 días en Belfast, hablando exclusivamente en inglés y al mismo tiempo, realizando un servicio para Dios. La cruz es también su coste. La estancia y demás no es mucho, lo único que el viaje es aparte (claro) y el precio no incluye excursiones que se hagan, o comidas fuera del sitio o transportes de un lado a otro. Con esto, el coste puede llegara ser muy elevado, y yo no dispongo del dinero necesario.


Visto todo el caso, parece claro que ninguna opción es sencilla de llevar a cabo. Temo que al final estaré todo el verano sin hacer nada de lo que me había propuesto. Por empezar tarde, o enterarme tarde, o no disponer de fondos… Lo único que sé es que no es algo que vaya a decidir porque sí, o de forma impetuosa. Además, no soy yo en definitiva quien decide. Estoy orando al Señor para que me muestre su voluntad. Él es en definitiva el que tiene un Plan para miv ida. Y sea lo que sea, sé que será para bien.


Así las cosas, cierro este paréntesis y voy a intentar re-sumergirme en los libros. Sólo 5 días para que empiecen los exámenes. Ya se acercan. Ya vienen. Llegarán y pasarán veloces. Y luego, ¿quién sabe?

miércoles, 28 de mayo de 2008

Se abre la veda

12 días. ¡¡¡¡Sólo 12 días!!!! En sólo 12 días llega el terror, la muerte, el agobio, las horas y más horas de cara a los apuntes (o al menos en teoría debería ser algo así, sin olvidarse de respirar y salir al aire un ratito, claro)... pufff.


Al final, siempre me parece que he empezado a estudiar tarde, y que no llegaré a todo a tiempo.


Pero... hay que volver a pasar por ello. Plantaremos cara a todos los interrongantes que se nos plante delante y trataremos de ofrecerles la solución que nos piden. Así que, a por ellos.




martes, 22 de abril de 2008

A cuál peor...

La mala suerte me persigue en cuestión de docentes.

Decir que normalización y planificación contable es interesante, pero... mare!! El primer profesor era estresante, explicaba muy poco, pero daba las soluciones a los ejercicios de forma clara, hacía que trabajáramos y curráramos. Pero él sólo impartía medio curso. Ante esta situación todos esperábamos que el segundo fuera mejor, o al menos no peor. Dos clases. Dos clases han bastado para no saber qué decir. Éste explica más, es más pausado, no resuelve de forma clara los ejercicios, no ha dado un guión del tema y ¡¡¡NO utiliza la pizarra!!!

Con lo expuesto, es deducible lo que todos pensamos. No empezamos bien, pero acabaremos peor... La duda es existencial: ¿qué hacer? En fin, resignación y a tirar hacia adelante conforme se pueda, es decir, con apuntes a medias, ejercicios hechos pero quién sabe si bien...

La siguiente duda existecial es: ¿quién pondrá el examen y quién lo corregirá? ¿Cada docente corregirá la parte del examen que ha explicado o lo hará sólo uno? Porque igual una cosa que ha explicado el primero el segundo entiende que hay que hacerlo de otro modo, o con diferentes asientos para al final registrar lo mismo o quién sabe...


La verdad es que en cuestión de docentes desde que comencé los estudios en la facultad hace 3 años no ha ido muy bien. En cada curso ha habido una media de 30% malos, dato que puede alcanzar el 50% si contamos semestres concretos. Eso ha impicado, por mi parte, la asistencia a grupos en los cuales los docentes eran mejores del que ya tenía. Aún así hay algo que no me explico. ¿Cómo es posible que uno que ha impartido durante X tiempo una asignatura de repente lo ponen a impartir una de la cual no tiene ni idea? (esto sucedió en primero). Y, como éste, otros casos similares.



Sin embargo, sigo manteniendo la esperanza de tener alguna vez (sólo quedan dos, de forma objetiva) durante un curso completo docentes competentes que se curren su trabajo tanto como nos hacen currar a los alumnos.

martes, 1 de abril de 2008

Pensamientos difusos

Agotada. Así es como me siento después de la primera jornada post-vacacional.

Hacía 20 días que no pisaba el suelo del aulario, y hay que decir, que sigue igual... jajaja. Había ya ganas de volver para no estar ociosa, pero sobretodo para volver a ver a las friends de clase. Lo peor, las horas muertas. Paseo al sol, comer andando... En fin, no ha estado mal.

Vuelvo la vista atrás 20 días y los recorro mentalmente y la sensación de no haber parado me invade. No hice gran cosa: un fin de semana en Zaragoza, al otro en Liria, la siguiente semana en Alzira... Vamos, que en mi casa he estado mucho menos de lo que hubiera deseado. Pero ha sido bueno.

El final de las vacaciones fue alegre y emotivo (vale que me emociono con una mariposa, pero...). No, en serio. El domingo mucha gente me sorprendió apareciendo para recordarme que están ahí, unos más que otros, claro. Me alegré un montón de los mensajes de las compis del cole que hace mil que no tenía noticias suyas, me alegré al oir a mis familiares en ese día, al ver mensajitos en el face y vía mail... Pero sin duda, quien más me alegro el día entero fue un amigo que está lejos, que siempre va a ser muy especial y que le agradezco desde aquí el haberse acordado. Evidentemente, también se lo agradezco a todos los demás, en especial los que están más lejos y a los que con el paso del tiempo he ido perdiendo el contacto. Pero que esa persona se acordara me alegró un montón. Me sorprendió mucho. Él ya sabe lo mucho que significa para mí y que pase lo que pase siempre me tendrá a su disposición, y estaré orando por él cada día.


Volviendo a hoy. Sólo de pensar que no habrá descanso hasta el puente de mayo mi mente se tambalea. Queda lo peor del curso. El sprint final acompañado del calor infernal. Sobreviviremos.

Y viendo la fecha en la que estamos, empiezan a surgir dudas en mi interior. Bueno, en mi interior y que la gente pregunta. ¿Qué planes hay para verano? No tengo ni idea. Y así es como contesto. Ya llegará, como siempre, y me pillará desprevenida. Mucha gente sabe ya qué va a hacer. Me encantaría poder viajar, pero también quiero trabajar, me gustaría poder escaparme aunque fuera un fin de semana por ahí... un montón de cosas. Pero claro, luego bajo de las nubes, y me doy cuenta de que no sé dónde estaré en tres meses, no sé qué habrá pasado en ese tiempo, y reparo en que Dios dirá y proveerá todo cuanto tenga que acontecer. ¡Ojo! No digo que vaya a estar de brazos cruzados, sino que no voy a planear algo que luego no sé si voy a poder llevar a cabo, ya sea por medios laborales, económicos o de cualquier otro tipo.


Uff... Miro la entrada de hoy y veo mucha información en poco espacio. No quería marear de este modo, sólo he dejado a mis manos teclear de forma más o menos ordenada los desordenados pensamientos que se agolpaban en mi cabeza desde hace unos días hasta hoy mismo. Disculpad el revuelto creado.

viernes, 22 de febrero de 2008

Notas

Creo que los exámenes han ido mejor de lo que esperaba, y además, las calificaciones han sido bastante homogéneas. Me falta aún por saber un par, d las cuales una estará bastante bien, y la otra pende de un hilo el haber aprobado. Pero bueno, no me quejo, ya que los notables altos no me los esperaba. Así pues, el balance de haber estado trabajando no ha sido tan negativo en cuanto a los estudios. Ya veremos lo que me espera aún por saber...
A lo demás, espero que os hayan ido también bien.

viernes, 15 de febrero de 2008

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ SE ACABÓ!!!!!!!!!!!

Sí, eso es todo por el momento. Se han terminado los agobios, el dormir mal, el descansar peor, los nervios, las horas frente a los apuntes (unas más productivas que otras...).
Soy libre! Bueno, yo y miles de universitarios más. Ahora falta casi lo más duro, el resultado, que, cuando les apetezca, los saquen a la luz. Hasta ese momento, pues, alegría.

lunes, 28 de enero de 2008

de examen a examen, y tiro porque ...

... pues porque no hay más remedio!!! ¿Qué sería de un mes de febrero sin exámenes? ¿o de una paella sin arroz? ¿o del mar sin sal? ¿o de ...? Es algo tan natiral que al final uno se acostumbra.

Sucede todos los años para un montón de universitarios, que desean por todos los medios que el mes más corto del año, lo sea aún más.
Pero bueno, no hay remedio para ello, así que... pues eso, de uno a otro. Simplemente hay que estar tranquilo, no estresarse demasiado, ir a ellos sin miedo, con la cabeza despejada... Y os lo dice alguien que no hace nada de esto. Yo llego y, si no venía ya de casa, empieza el gusanillo en el estómago, luego la sensación de que va a ser tan tan difícil que no lo vas a pasar, más tarde la de que has estudiado un montón (según tú misma) y de que lo pasas y con nota... Eso sí, el momento clave es cuando emipezan a repartir los exámenes. Cuando te llega la copia, entonces piensas, no lo quiero ver, no lo quiero ver, porque no me sé nada, o, por el contrario, crees que cuanto antes lo leas antes podrás decidir si ha valido la pena entrar por la puerta o más hubiese valido prepararte el siguiente.
Esto se repite, durante una carrera, así como unas 12 o 13 veces por curso. Por eso, al final de cada uno piensas: a por el siguiente!!

En fin, pues lo dicho, a por el siguiente. NO van a poder con nosotros. Esperemos que vayan todos bien. Hasta mediados de febrero!!!