"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo"
Oscar Wilde
Mostrando entradas con la etiqueta en q pienso?. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta en q pienso?. Mostrar todas las entradas

sábado, 6 de enero de 2024

Ha llovido mucho... no literalmente

Debería estar estudiando, que tengo examen en 6 días, pero aquí estoy. 

Llevo dos semanas pensando en escribir y soltar todo lo que se acumula en mi mente desde hace meses. 


Situémonos primero. Es 6 de enero de 2024. Sí, día de Reyes. El último día de lo que llamamos "navidades". Y por favor, qué ganas que se acaben. 

No han sido malas del todo. Sorprendentes. Diferentes también después de muchos años. 


Me he divorciado. Bueno, estamos a punto de firmarlo oficialmente, pero se puede decir que hace 6 meses tomé una decisión que llevaba tiempo tintineando en mi cabeza. 

Sí, me he separado. He dado un paso valiente. ¿Por qué no antes? No era tan fuerte (mentalmente) como ahora. La terapia ayuda. Y cuando después de mucho ¿miedo? ¿falta de fuerzas? ¿miedo a qué será de mí? y aguantar situaciones que se repetían, a pesar de haberlo intentado todo para no "fracasar" en esa empresa, ves que no hay avances, que las posturas son totalmente opuestas, que los actos demuestran cosas completamente diferentes a las palabras, palabras que el viento se lleva...  pues algo hace clic y tomas un decisión. 

Bendita decisión. No está siendo fácil. Pero estoy tranquila. No me arrepiento. Con un poco de perspectiva quizá pueda explicarme mejor próximamente. 

De momento se queda aquí.


Y no, no estoy deprimida, ni hundida. ¿Y es eso algo malo? ¿Cuál es la forma correcta/normal de sentirse tras tomar una decisión de ese tipo? ¿Debería haberme sumido en una depresión como lo hizo mi madre hace 23 años? ¿Debería haberme vuelto loca y empezar a hacer cosas que nunca hubiese hecho? 

No tengo respuesta a todas estas preguntas. Lo único que sé es que sigo siendo yo. Sigo corriendo porque correr me despeja el coco y el alma. Sigo trabajando con ilusión y ganas. He vuelto a estudiar (bueno, eso lo decidí antes de que hiciera clic lo demás). Está siendo un curso (sí, sigo pensando en cursos escolares) intenso cuando yo esperaba que lo hubiese sido tranquilo. Pero no me he deprimido. He llorado, mucho. He estado triste. Aún hay algún día suelto que asoma una ¿y si? al que le doy carpetazo enseguida con una ejemplo pasado de algo que no me venía bien. 


He cerrado 2023 habiendo aprendido mucho de mí misma, y creo que eso me ha hecho más valiente y decidida. 


En fin, pues eso... Año nuevo, Sandra nueva. 

sábado, 19 de septiembre de 2020

Confinada...

 Tenía que pasar, ha dado positivo en covid. 


Y no me extraña. No ha parado quieto, las medidas de seguridad son mínimas, lo de la mascarilla para él es un cuento. 

O bueno, quizá se lo he pasado yo. 


¿Quién sabe? Es totalmente asintomático, yo también. Lo he aislado inmediatamente. Se ha resistido, no entendía por qué. Me hacen la prueba el lunes a mí. Veremos los resultados.


Justo hoy, que he empezado un curso que tenía programado para junio con la empresa. Comunicación y asertividad. Comunicación responsable, expresar sentimientos sin juzgar y todo eso... y boom. "Oye, que soy positivo". No recuerdo mucho más del resto de curso. Me he perdido como hora y media, porque estaba pero no. 

Hay más probabilidades que lo haya contraído él en los múltiples sitios que ha visitado por trabajo y ocio que yo, o eso pienso. Salgo de casa sólo a correr (de madrugada y completamente sola) y a las clases de fuerza en las que vamos con mascarilla y estamos como a 5m unos de otros. Si he sido yo es mala pata. Si ha sido él es irresponsabilidad. 


En fin, no puedo hacer nada. Estoy soltando aquí todo lo que lleva rondando mi cabeza las últimas 8 horas, porque el dolor de cabezón que estoy cogiendo es de aúpa. 


Así que, vuelvo a confinarme. Eso sí, con elíptica y bicicleta de spinning. ¡¡Vamos a volver fuertes!!

viernes, 31 de julio de 2020

Words out

Han pasado semanas... 

Estamos en la nueva normalidad, pero de normal, nada de nada. 

En casa sigo peleando a diario, cada día es más difícil y la sensación de tener un adolescente en casa no consigo quitármela de encima. ¿Cómo es posible que no lo haya visto hasta ahora? 

En el trabajo, sigo trabajando desde casa. Y lo seguiré haciendo aún al menos 2 meses más. 

De la nueva normalidad decir que sí, que bueno... Vamos con mascarilla por la calle, la gente está haciendo vida normal, pero los rebrotes se han disparado. 
Mi nueva normalidad es mucho más ligera. Salgo a correr sola, a entrenar en bici 1 vez a la semana, con un grupo muy reducido de personas y siempre manteniendo las distancias, en las clases de fuerza somo 4 personas en un espacio en que caben 8, así que la distancia está asegurada y, sino estoy trabajando o haciendo deporte, no suelo estar por la calle.

Llamadme loca o paranoica, pero esto es mucho más serio de lo que muchos quieren ver. Hemos planeado un viaje, sí, no sé si nos dejarán hacerlo. Incluso me da cosa pensar en viajar, pero necesito una desconexión. Necesito salir de este "cubículo" y de mi zona habitual. Tomar el aire, ver otras cosas, tomando todas las medidas necesarias y más, si cabe. 

Físicamente estoy bien, algún día algo más cansada o agotada, pero es que el calor no me deja descansar y eso va haciendo mella. 

Mentalmente... Mentalmente es otra historia. Muy tocada, pero mucho, mucho. Y asusta y mucho. Del tca la espiral destructiva es imparable, no consigo ver la luz en esta oscuridad. Me hago daño, y sé qué eso también hace daño, de otra manera, al que tengo al lado. Lo sé, y aún así no hago nada por pararlo. Es más fuerte que yo. En fin... ojalá algún día... 

No sigo, necesitaba explotar hacia fuera un poco las palabras que atormentan dentro de mí. 

jueves, 4 de junio de 2020

De algodón...

Acabo de leer que el segundo aniversario de bodas son las "bodas de algodón". El mío, de algodón quemado... 

El martes fue un día raro. Sinceramente, no tenía ganas de celebrar nada. ¿Qué voy a celebrar si hace un mes que apenas cruzo 6 frases con Nacho y de ellas 4 son negativas? 

Lo cierto es que me encontraba fatal, no había dormido nada en 3 noches, me desperté baldada y con ganas de volverme a meter en la cama... 

A media mañana le pedí que, por favor, dejáramos esa reserva que había hecho in extremis la noche de antes para el fin de semana... No habría que madrugar ni nada por el estilo. Se enfadó conmigo. Y yo salté. No me apetecía celebrar nada porque no tenía nada que celebrar. 

¿Qué íbamos a celebrar, que el último año ha sido el peor de todos desde que nos conocemos? ¿Que el confinamiento nos ha alejado aún más? ¿Que llevamos un mes durmiendo separados? Sí, todo son motivos de celebración. 

Para más inri, apareció con un ramo de rosas, precioso todo hay que decirlo. ¿Un ramo? ¿Para qué? ¿Qué se supone que significa eso? 

Así que... el algodón está muy, muy quemado. A las de cuero igual ni llegamos... 

Semana horrible, vamos... 
 

martes, 26 de mayo de 2020

Desescalada Responsable

De cuando parece que alguien es adulto, pero eso. Sólo lo parece. Porque a la hora de la verdad, las acciones, reacciones, conductas y comentarios son más bien de niño o adolescente. Vamos, modo "adultescente" total.

Y la verdad, es que una pena. Una gran pena. Porque es alguien que quieres, al que respetas y no puedes entender cómo es posible que diga y haga tan cantidad de sandeces.


Parece que no tiene nada que ver con el título, pero sí. Esta es la segunda semana en Fase 1 en mi región. Lo acertado de los permisos y demás es otra cuestión, lo que vengo a decir es que nos han dado unas recomendaciones para ciertas restricciones que han levantado del confinamiento. Por ejemplo, podemos viajar o ir a visitar dentro de la provincia, podemos reunirnos hasta 10 personas (manteniendo distancia de 2 metros), y han reabierto bares y restaurantes con limitación de aforo.

Lo siento, lo primero que quiero hacer en esta fase es, cuando mi familia quiera, es ir a verlos. Mantener distancias y poder abrazarnos con la mirada, porque físicamente no es prudente.

Lo siento por no querer montar una fiesta en casa con amigos, ni salir a comer/cenar a ningún sitio. Pero es que yo sé qué precauciones he tomado yo en estos dos meses largos, pero no sé las que habrán tomado el resto ni las personas con las que se habrán juntado.

¿Y si somos asintomáticos y no lo sabemos? ¿Y si por juntarnos sin ton ni son la liamos y podemos en riesgo a terceras personas? ¿No podemos retrasar las convenciones sociales un poco? No me apetece quedar con nadie. No por nada. Es simple seguridad y prevención de riesgos.


Que lo primero que quieran hacer sea montar fiesta, vale, pero no en mi casa. Tener que enterarme que quien tu madre que está comiendo ahí y se ha pasado las precauciones por el forro polar el día de antes ha estado de fiestuki con amigos, ¿perdona? ¿Por qué me pones en riesgo? ¿Estás seguro que de todo ese entorno nadie, absolutamente nadie ha pasado o tiene ahora mismo el puñetero coronavirus? ¿No? Pues entonces... lejos.

Pero claro... si digo todo esto, primero no se me entiendo. Segundo, se me acusa de que es que no quiero ver a nadie, que si tal que si cual.

No. Quiero mantener la distancia. Quiero poder ver a mi gente primero. Quiero que comprendas eso y respetes mi decisión, y mi opinión.

Pero por contra, no. Nos pones en riesgo. Parecemos niños. Qué poco respeto, qué poco sentido común. Qué vergüenza...

No es tan difícil. DESESCALADA RESPONSABLE, no quiero volver a confinarme.

martes, 19 de mayo de 2020

Como el perro y el gato

Seguimos... ya no sé si esto es irreconciliable o qué... 

Estoy KO. 

Saturada.

Rota. 


miércoles, 13 de mayo de 2020

Cinco años en un post

¿Cómo resumir 5 años en un post? 

Lo adelanto, seguramente, muy mal, desordenado y muy por encima. O, por contra, me enrollo cual persiana y escribo hasta aburrir... 

2015 fue el año de todos los cambios habidos y por haber. Ese año tenía un objetivo deportivo grandioso, el maratón. A nivel laboral, estaba cansada de ninguneos en la empresa y no sabía cómo proceder; en lo personal, harta de estar en casa y sentirme controlada, relación con la familia tensa (con mi hermana poca o nula, con mi madre tensa y con mi padre cordial y justa). En el amor... revuelta. En la fe, perdida. 

En medio de este panorama apareció él. Compañero de trabajo, de hecho, medio subordinado, atento, amable, que se preocupaba. Que tenía un algo, que parecía buena persona y todo corazón. Y me enamoré, pero como siempre he pensado, "él no se ha fijado en mí". Pero resulta que sí lo había hecho. Me lo confesó una noche, después de muchas semanas y meses de ser mi soporte en el curro, alguien en quien confiar y apoyarme, me dijo que le gustaba desde que había entrado a trabajar y que conforme me había ido conociendo, le había terminado de encantar. Nacho. Con Nacho empezó todo rápido y quizá, "saltándonos" algunos pasos. 

Llevaba desde primavera pensándolo, y buscando, y fue en verano cuando, sin margen de reacción alguna para nadie, cogí, busqué piso y me emancipé, de una forma bastante brusca con mi madre, con el consiguiente disgusto por su parte, bronca por parte de mi hermana y ruptura de prácticamente todo contacto con ellas. 

En otoño corrí el maratón, lo disfruté y sufrí de igual manera, y me dio para pensar que hasta aquí, que iba a pedir la baja en la empresa. Había recibido semanas antes una oferta diferente, arriesgada en muchos aspectos, y recorriendo Valencia a pie me di cuenta de que era el momento. 

Así que, esa misma semana post maratón, comuniqué la baja y en 15 días empezaba en otro sitio. Vaya un año convulso y emocionante... emancipación, pareja, maratón, familia medio rota (más aún), nuevo empleo.  

2016 y 2017 fueron dos años que ni recuerdo. Con la familia las cosas mejoraron, con Nacho vimos que no tenía sentido pagar alquiler teniendo un piso (él) vacío que podíamos usar y ahorrarnos el alquiler, trabajo bien pero al poco vi que se me quedaba muy pequeño, así que empecé una búsqueda que se me hizo algo larga... En el cambio del 16 al 17, Nacho me pidió en matrimonio, y como parecía que iba bien todo (piso reformado, trabajos estables aunque descontentos), pues se ve que pensó que es lo que había que hacer, así que pusimos fecha para la primavera de 2018 y al lío. 

2018 tenía que haber sido un año precioso. Pero no lo fue del todo. Mi abuela materna falleció el día del cumpleaños de mamá, después de un mes de dejarse ir, de no querer luchar, a mi padre le diagnosticaron un cáncer por casualidad (benditos tests de prevención) el cual superó sin problemas pero que se llevó por delante de nuevo la relación con mi hermana apenas dos meses después de la boda. También cambié de trabajo, y lo que parecía iba a ser un proyecto muy interesante, resultó rana porque la dirección no soltaba para hacer lo que quería que se hiciera... En fin, cosas que pasan a veces. Y yo recaí estrepitosamente después de todo un año tenso. Recaí como nunca en 11 años de enfermedad a trompicones. 

Además, con todo lo que sucedió los meses después de la boda, hizo que el inicio del matrimonio no fuera muy allá después de 6 meses... 

Y así seguimos. En 2019, poco a poco recuperé a mi hermana, mi padre ya está sano, con Nacho las cosas iban a trompicones mal, y en el trabajo tampoco estaba bien, así que en verano casi volví a cambiar. 

Del resto de 2019 me quedo con el cambio de empleo (llevo casi un año ya), que fue para bien y que siga así, la mejora de relaciones con la familia, y poco más. Porque yo sigo en el torbellino de destrucción tca, con Nacho las cosas han ido cada vez a peor. Tanto es así, que pasé Nochevieja en casa sola viendo una serie sin ganas de nada. También es cierto que unos días antes me noté un bultito y me cagué viva, y no me apetecía nada de nada, y el pasotismo de Nacho no ayudó. 

Y así entramos en 2020. El bultito no fue nada, aunque sigue ahí (se supone que se irá... ), con Nacho todo igual o peor. En febrero, después de la semana de locura que pasamos con mi abuela y su partida, me tomé unos días lejos para pensar y recomponer y los buenos propósitos que dijimos al volver y tratar los temas se han quedado en papel mojado con toda la crisis sanitaria. 

De forma que, en 3 semanas es mi aniversario de boda, el segundo (el primero ni lo celebramos), y no sé si quiero seguir con esto, pero tampoco puedo irme a ningún sitio porque estamos en confinamiento. 

Vamos, que ha sido un lustro interesante. De cambios, de mejoras, de crecimiento, pero también de marchas atrás. 

No sé bien qué pasará después de todo esto... 

Seguiremos soltando ideas.

jueves, 7 de mayo de 2020

Soltando lastre...

Hace un siglo que no escribo. De hecho, el último post escrito aquí, hace más de 5 años, me ha roto un poquito más al releerlo.

Mi abuela, la de los ojos azules que habíamos ingresado en la residencia, partió hace 2 años después de casi dos meses de sufrimiento para la familia. Mi otra yaya, la paterna, mañana hará 3 meses que también se fue de viaje eterno. 

¿En qué año estamos? 2020. El año que va a ser recordado por un hecho global sin precedentes en la época moderna. 2020, el año del SARS-Covid-19, coronavirus o virus de las narices. 

Hoy es 7 de mayo, en España llevamos en Estado de Alarma, confinados y con movilidad reducida desde el pasado 14 de marzo. pero es que está todo el mundo igual. 
Desde hace unos días podemos salir a la calle a pasear o hacer deporte en dos franjas horarias determinadas, y sino, sólo podemos ir al supermercado o a aquellos sitios en los que tengamos concertada cita previa. Con mascarilla, guantes y demás. Se estudiará en los libros de Historia. 
Esto empezó en China, parece, a finales de 2019 y, gracias a la globalización y todas esas ventajas que hasta ahora parecía nos daban la modernidad, la tecnología y todos los recursos de que disponemos en pleno siglo XXI, pues resulta que ha hecho que se mueva más rápido casi que la luz, y que, a día de hoy, haya infectado oficialmente a casi 3 millones 800mil personas en todo el mundo, y haya matado a casi 300 mil personas. Y digo oficialmente porque el recuento en cada sitio se hace de una manera, y no se sabe realmente cómo funciona aún el virus, ni nada por el estilo. Así que bien podrían ser muchos miles más de casos porque los países no están dando abasto con los tests, y todo esto... Porque sí, ha tocado en todos los puntos de este planeta. Desde el punto con mayor riqueza, hasta aquellos lugares donde, por desgracia, la pobreza es absoluta. Si es desolador en el primer mundo y con ventajas, en aquellos países con dificultades de normal, esto es una losa más... Es muy triste todo. 

Y no sigo con esto, pero esto va a marcar, o debería marcar, un antes y un después de la vida moderna que conocíamos hasta ahora. 


Pero bueno, vengo a soltar lastre, soltar todo eso que llevo guardando semanas porque confinada y sin ver a nadie más que a mi gato y a mi marido, complicado es desahogarse. 

Porque ahí está la cuestión... me salto 5 años de un plumazo y suelto lastre. No sé si mi matrimonio va a seguir adelante. Llevamos casi 24 meses unidos según la ley, y de esos casi 24, llevamos más de 13 que las cosas no van muy bien. 

Y como no sé qué va a pasar, ni cómo vamos a salir de esto, y tampoco puedo contarle a nadie, pues, o me estalla la cabeza, o decido escribir. 

Somos diferentes, pero teníamos cosas en común, quizá no muchas, pero sí que nos une/unía algo. 

Pues eso, que no estamos bien, y el confinamiento, como muy me temía, no nos ha unido, sino que nos ha separado más todavía. Eran las dos posibilidades... 24h juntos, 7 días a la semana durante más de 8 semanas... pues acabas más unido que nunca a la persona que tienes al lado, o la cosa se complica y se rompe todo. 

Estamos ahí, en ese punto. En el punto de ¿qué hacemos? Bueno, llevamos así ya unos cuantos meses, de hecho, me fui 3 días sola a perderme para encontrarme y al volver hablamos y tal. Pero nada. Todo igual, no ha cambiado nada (por parte de ninguno, también he de ser sincera). No voy a excusarme, porque yo también soy responsable de muchas cosas. Pero no puede seguir así. 

Ahora mismo, tenemos la casa partida en 2, menos mal que es grande... apenas nos cruzamos, apenas hablamos, es más que duro. Si ya, de por sí, el puñetero confinamiento nacional ha sido una pesadilla, confinarte dentro de tu propia casa, en apenas dos habitaciones es el súmum. 

En fin, no sé qué va a pasar, ni si vamos a volver a estar bien, si cuando hablemos sobre qué hacer no sé cuándo, esto seguirá adelante o si no lo hará. 

Rota se queda corto al lado de cómo me siento... 

domingo, 5 de abril de 2015

Poco a poco

"¿Eres la nieta de Pepita? Os parecéis."
Una pregunta, nada más entrar, fue suficiente. El resto de mi primera visita no sé cómo definirla. Salí llorando después de 45minutos...


Han pasado ya casi dos semanas desde que ingresó en la residencia y hay algo que me parte el alma. Su mirada.
Mi abuela tiene unos ojos azules preciosos, siempre han sido muy expresivos. Ahora mismo, es la única vía por la que expresa algo. 

Nunca se ha enfadado con facilidad, pero cuando lo hacía, su mirada era fuerte, dura, de las que te atraviesan y parten en dos. Su mirada ahora es esa. Dura, fría, fuerte, mirando al horizonte... Continuamente. Su expresión es de enfado...

No recuerda cómo hablar desde hace muchísimos meses, pero la pregunta que llevo haciéndome estos días que voy a verla y veo su expresión es "¿estará pensando? si lo hace, ¿qué estará pensando?". Es verdad, no sé si su cerebro es capaz de pensar. 
A veces creo que sí, por eso me mira enfadada... Otras me autoconvenzo que igual que su función del lenguaje, y otras, la cognitiva también se ha visto afectada por esta demencia cerebrovascular, por lo que no podrá pensar. Vale, es posible, pero ¿por qué su mirada es tan... tan dura?


Sí, son preguntas sin  respuesta... En el fondo sé que está mejor atendida allí, que así es más "sencillo" y "mejor", para ella y para los que estamos alrededor. Que hay que ir adaptándose, tanto ella como nosotros. Es un gran cambio, pues los últimos 20 meses nos hemos acostumbrado a una rutina, a un hacer, a un cuidar... Pero eso no lo hace menos doloroso. 


En fin, el Señor sabe todas las cosas... así que, iremos poco a poco... Orando y confiando.







domingo, 15 de marzo de 2015

Confiemos y pongámonos en marcha

En mis tiempos con Dios, cada mañana, leo normalmente un capítulo de cuatro libros diferentes de la Biblia. Hace un par de  semanas volví a empezar el libro de Éxodo.

La historia del pueblo de Israel es fascinante. Sí, me gusta ver cómo personas normales, como tú y como yo, pudieron caminar y vivir de primera mano el estar con el Señor y disfrutar de su presencia. Aunque, si bien es cierto, también es raro cómo eran incapaces de creer a veces en Él, y decepcionarle. Se equivocaron muchas veces (¿tú -yo- no?). Pero bueno, esa es la condición humana tras la caída... Desconfiados, con ganas de poder y de ser los reyes y mandar sobre otros... Vamos, caídos, pecadores...

Esto no ha cambiado después de tantos miles de años. Hoy día seguimos queriendo ir a nuestro rollo, haciendo ver que podemos con todo y que no le necesitamos. Qué equivocados estamos...


Hoy no vengo a hablar de la condición humana. Vengo a hablar de una persona. Leer en Éxodo de nuevo la Historia, me ha hecho volver a reflexionar sobre ciertas cosas. Se trata de Moisés.

Entre Génesis y Éxodo no sé cuántos años transcurrieron (podría buscarlo, pero vamos, no me hace falta para contar esto). La cuestión es que el pueblo de Israel, que vivía en Egipto, vio como el rey de Egipto cambió y veía amenazada su propia existencia en pos de los israelitas, de forma que empieza a oprimirlos.

Imagino que para el pueblo de Israel fueron años duros. En medio de ese ambiente, nació Moisés. Sabemos su historia, como sus padres israelitas lo meten en una canastilla y lo dejan en el río. Lo recoge la hija del faraón y se encarga de que una mujer hebrea lo críe (su madre, de casualidad). La cuestión es que Moisés crece bajo el amparo del faráon.


Lo interesante de su historia comienza justo cuando se equivoca por primera vez y huye. Entonces, interviene el Señor. El Señor decide y le comunica a Moisés que va a ser él quién libere al pueblo de la opresión faraónica.

Personalmente, me encanta la respuesta de Moisés: "¿y quién soy yo para hacerlo?". Los capítulos 3 y 4 de Éxodo son brutales. El encuentro con el Señor, el diálogo, las dudas de Moisés sobre su capacidad para la tarea que le encomienda...

Sin embargo, las promesas del Señor infunden fuerza. Se la dieron a Moisés, y me la dan a mí cada vez que releo esta parte de la historia del pueblo de Israel. El Señor promete a Moisés estar a su lado y que le dará las palabras que decir y le ayudará a hacerlo...

Si seguimos leyendo en el libro de Éxodo, vemos cómo eso se hace realidad. El Señor habla dando las palabras a Moisés, pero usando a Aarón de portavoz. Después de días de lucha con un faraón con el corazón endurecido, finalmente salen de Egipto, se libran de sus perseguidores... y empieza otra parte de la historia... Con aciertos y errores, por parte del pueblo y del propio Moisés. 


Releer esta parte de la historia me hizo pensar y recordar algo. El Señor tiene una tarea para cada uno. Y aunque pensemos que no somos capaces, que no tenemos la habilidad, capacidad, etc... para hacer alguna cosa, tengamos fe. Confiemos en Él, tal y como lo hizo Moisés. No es sencillo a veces, es cierto, pero precisamente se trata de eso. De dejar que Él muestre Su poder, que nos rindamos a Él y dejemos todo en Sus manos. Él nos va a capacitar para la obra que nos ha encomendado. Va a estar a nuestro lado, no nos va a dejar. 

Además, como dice Pablo en su carta a la iglesia en Filipos, el Señor, que comenzó la obra en nosotros, la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.


Ahora piensa (pienso)... ¿qué te (me) impide hacer aquello que el Señor quiere que hagas? ¿Tu temor? Ora por más fe. Si no te ves capaz, eres el instrumento perfecto para la tarea. Deja que Él obre en ti.


domingo, 15 de febrero de 2015

Quiero viajar a...

Tengo ganas de naturaleza, de viajar y de cine. 

¿Fácil, no? Pues... sí, si tienes tiempo, algo de lo que por desgracia, ando algo escasa. ¿Tiempo para mí? Mmm... 

Al caso, me gustaría poder visitar, en algún momento, y si Dios lo permite, alguno de estos sitios:

En España:

- Franja norte... De Pirineos a Galicia, hacer parte del Camino de Santiago, descubrir montañas, pasear por valles...
- Ciudades concretas: Toledo, Sevilla, Granada, Córdoba, Barcelona, San Sebastián, León, Segovia, Ávila, Albarracín... lista demasiado larga... ¡hay tantas! 
- Otros: islas, valle del Jerte, lagunas de Ruidera...

En Europa:

- Francia: París, ciudades y pueblos de la Bretaña francesa, Carcassonne...
- Alemania
- Centro Europa: Suiza, Austria, Rep. Checa, Holanda
- UK e Irlanda... he estado en algunas zonas (Londres, Edimburgo, Irlanda Norte y Rep. de Irlanda...) pero volvería a cualquiera de ellas y seguiría explorando...
- Mediterráneo: Italia, Grecia...
- Otros: fiordos noruegos, escapada a la plaza roja de Moscú

En el resto del mundo:

- India
- USA
- Guatemala (desde el aire la capital es curiosa)
- Australia, Nueva Zelanda... (si fuera posible...)



¿No pido mucho, no?

sábado, 14 de febrero de 2015

¿Qué te mueve?

Cuando Dios insiste en algo, no hay que hacerse el sueco... Dos días, dos aforos distintos, dos pasajes diferentes... 

Os comparto lo que me ha tenido reflexionando, creo que es importante de vez en cuando pararse en esto... 

Los textos son Lucas 18:9-14 y Mateo 6:1-4;5-8;16-18. El primero lo vimos en GBE y el segundo me invitaron a acompañar en una clase de escuela dominical con un adolescente (más bien un tú a tú).

En el primero, Jesús cuenta la parábola del fariseo y el recaudador de impuestos a algunos que "se creían justos y despreciaban al resto"; en los fragmentos del evangelio de Mateo (incluidos en el Sermón del Monte), Jesús habla de la ofrenda, de la oración y del ayuno.En el Sermón del Monte los 3 fragmentos siguen una misma estructura; la parábola es eso, una historia para hacer más sencilla una verdad, o algo que aprender. 

¿El fondo de todos estos textos? El mismo: qué te mueve a hacer las cosas. ¿Por quién / qué lo haces? ¿Para buscar halagos y alabanzas o por agradar sinceramente al Señor? ¿Qué te motiva en realidad cuando tienes una responsabilidad en la iglesia, en un grupo o ministerio con jóvenes o con cualquier otro grupo de personas? ¿Por quién lo haces? ¿Qué recompensa y de quién la buscas? 


Creo que debemos realizar este análisis cada cierto tiempo... ¿Estamos sirviendo bien al Señor? ¿O buscamos lo que no es bueno? Quizá, si nos paramos a meditar un poco en esto, vemos que igual debemos dear algo por un tiempo, o volver a buscar la pasión por servirle a Él ante todo. Porque Él es quién nos recompensará... 
 

Yo he estado pensando en todo lo que hago (dentro y fuera de la iglesia y el ámbito eclesial) y qué me motiva a ello; te animo a que también puedas pararte a pensar un poco en esto.







domingo, 25 de enero de 2015

Programa Moisés y yo

Llevaba muchos meses pensándomelo... y con el nuevo año lo he hecho realidad.

Pensando, orando, viendo cómo Dios me provee, ¿por qué no hacer algo más?

[Sí, la ofrenda en la iglesia es un deber/derecho/responsabilidad, apoyar a los GBU (de varias formas) es otra forma de dar y compartir lo que Él me da.]

Desde que me presentaron (y presté atención) al Programa Moisés de la Alianza Solidaria (asociación bajo la Alianza Evangélica Española), y tras haber visto en primera persona la realidad tan diferente y las verdaderas necesidades al otro lado del charco (desde una posición "privilegiada", todo hay que decirlo), me sentí conmovida.

¿Cómo es posible que aquí, en el primer mundo, nos quejemos de lo que "nos falta"? Es cierto que, en España, con la crisis, la situación ha empeorado, pero aún así, una gran parte de la población tiene satisfechas las necesidades básicas reales. Y, lo extraordinario, es que se quejan de que "no tienen", les "falta". ¿Qué os (nos) falta?

Os lo digo, sentido común, sobretodo. Ojo, que me incluyo en esa parte de la población, porque muchas veces olvido que tengo más de lo que realmente necesito para vivir.

En fin,que me voy del tema... Pues que llevaba muchos meses (¿años?) pensando si debería o no formar parte de Moisés. Tras mucha oración, vi que este era el momento.


La otra tarde, al llegar de la oficina, tenía un sobre del programa... Y vi su carita. Puedo decir que he apadrinado una niña de Soledad, una ciudad colombiana. Fue emocionante. Ahora, tengo un motivo más de oración.

Seguiré de cerca (lo máximo posible) su evolución... y espero que algún día ella pueda conocer también a Dios.


Me siento privilegiada por vivir en esta parte del mundo, sin merecerlo, sin buscarlo. Gracias Señor por esto y porque me permites compartir aquello que me das.



viernes, 26 de diciembre de 2014

Lo que nos venden no siempre es verdad

Tarde del día de Navidad, después de muchas horas de cocina y de una comida copiosa y larga, llegas a casa, te cambias y dejas caer en el sofá. 

Enciendes la caja tonta temiendo con qué nos deleitarán las cadenas en tan singular ocasión. Nada que vale la pena, a decir verdad. Pausa para publicidad. Normalmente aprovechas ese rato para saltar de canal en canal, pero no tienes fuerzas ni para eso. 

De repente, un spot llama tu atención:



¿Qué? ¿Cómo? ¿Que la Navidad es qué? No, señores. No engañemos de esta manera al espectador. La Navidad no soy yo, ni usted. En todo caso, la Navidad es por mi culpa, y por la suya.

¿No lo entiende? Yo se lo explico. En Navidad celebramos que el Amor de Dios. Sí, el amor de Dios. Porque sino hubiese sido por ese amor tan grande, tanto que no somos capaces de comprender, Jesús no hubiese venido al mundo. ¿Y qué tengo que ver yo con eso? Pues... Es sencillo. 

Dios envió a Jesús al mundo porque nos Ama, y nos quiso reconciliar con Él. Sí, estábamos separados de Él, somos pecadores. Pero quiso que, en vez de sufrir cada uno el castigo que merecíamos por ese pecado, su Hijo, su Único Hijo, se hiciera hombre, viniera a este mundo, y sufriera en su propio ser el castigo, la ira divina, que todo ser humano merece por su pecado. Así que, Jesús vino para morir (y luego resucitar) por mí y por usted. Por nuestro pecado. 

Es decir, porque el ser humano es pecador, Jesús tuvo que venir a este mundo. Por nuestra culpa, Jesús tuvo que venir a este mundo. Por nuestra culpa (trangresión, pecado) existe la Navidad. 


Es curioso cómo el mundo decide dar media vuelta y no querer ver. 



¿Qué es la Navidad para ti?



martes, 23 de diciembre de 2014

Reflexión de Ángel Largo

Ángel Largo es empresario, emprendedor y coach.

Recibí por email esta reflexión suya. No cabe añadir mucho más (para no ser creyente)... Sólo te pido algo, piensa en lo que sigue a continuación y dime si estás o no de acuerdo:

"Es Navidad, y como siempre me gusta hacer una reflexión de lo que ha pasado y hacia dónde vamos.

He notado que cada vez nos comunicamos más por la red y menos en persona. La parte positiva, que para mí la tiene, es que podemos mantener un contacto y recordarnos y sentirnos un poco más cerca, y la menos positiva es que no podemos vernos, ni tocarnos ni apreciar nuestras emociones juntos, o por lo menos cada vez menos.

Hoy quiero pedirte 5 cosas, para que las pienses. Son mis 5 grandes deseos para el 2015

1)      Ten confianza en los demás  Observo que cada vez somos mas desconfiados y vivimos en la sociedad de la desconfianza. Cada vez que alguien se acerca a nosotros “sospechamos” y vemos intereses ocultos. Sin negar que puede ser asi en algunos casos, este recelo nos hace perdernos a muchas personas estupendas, que somos la mayoría de las que habitamos el planeta. Solo te pido que pienses si merece la pena tener confianza, aunque algunas personas te decepcionen
2)      Practica la generosidad: No te digo que des dinero o dones bienes. Solo te pido que seas generoso con tu entorno, con los que te rodean. Se generoso con tu tiempo, con tu sonrisa, con tu paciencia, con la comprensión hacia los demás, con tu escucha y sobre todo con tu cariño hacia las personas.
3)      Desdramatiza: Quizás estás viviendo algún momento difícil, o tengas algún problema que te preocupa. Si estas jodid@ ponte algo de música alegre y canta o baila o disfruta del momento. Te pido que desdramatices la situación, que pienses que eso pasara y que la esencia como ser humano que tienes no es el problema. Tu eres más que el problema, más que el conflicto, eres unic@. Ríete de ti mismo y de tu sombra, de los que te intentan hacer daño, de los que te perjudiquen. Si te ríes fuerte seguramente inundaremos de risas todo lo que nos rodea ¿oyes mi risa?
4)      Se auténtico: Eres unic@. Con tus cosas buenas y tus cosas malas. Con tus manías y tus defectos. Con tus virtudes y tus detalles estupendos. Si tú eres tú, y yo soy yo podremos comunicarnos desde la autenticidad. No dejes que un personaje se apodere de tu cuerpo. Tú sabes la verdad y por esto te pido que cuando hablemos o nos veamos, seas tu, quiero conocerte.
5)      Ten misericordia: Encuentra lo mejor de los demás, no solo lo malo. Se amable con los defectos de los demás, para que ell@s pueden serlo con los tuyos. Compadécete de las personas malvadas, ya que ellas tienen su propio castigo y sufrimiento. Busca el perdón y la reconciliación de aquellos que te importan. No sientas vergüenza en pedir perdón y se generoso en perdonar y reconciliarte.


Solo quiero que reflexiones, tal y como yo voy a hacer, sobre todo esto. Gracias por estar al otro lado, ya que es un honor que tus ojos se posen sobre mis letras.

Espero que vayas siendo feliz por el camino."



Podría puntualizar algún detalle, pero lo dejo tal cual lo recibí. Otra vez te pido, reflexiona....

domingo, 14 de diciembre de 2014

lunes, 8 de diciembre de 2014

Sobre cuando no sabes pero Dios controla

Hay veces que no sabes realmente cuánto necesitas algo. Me ha pasado este fin de semana en #Forum14 de GBU. 

Iba a ser un finde con una formación de gran calidad, pero que también iba a requerir de trabajo por mi parte. Sin embargo, mis fuerzas flaquearon pocos días antes del inicio y a punto estuve de disculparme por no poder asistir. 

Sin embargo, Dios controla todo y, es más, Dios sabe todo. Dios sabe cómo estamos y qué necesitamos. 

Yo necesitaba esto:


"¿Y qué es esto?" te preguntes quizás... Esto es pasear con el mar como único sonido de fondo, con el ruido de las pequeñas olitas matinales rompiendo en la orilla y el susurro del viento de fondo... Es estar con Dios y sólo con Él.


Simplemente, necesitaba encontrar calma. Paz. Siempre he encontrado esto en la mar. En la Creación en estado puro, sin nada más, sin nadie más que Dios. 


No he estado al 100%, pero he vuelto a casa mejor de lo que me fui hace 3días. Otra vez veo cómo Dios usa cada circunstancia y momento. Él controla el tiempo. Él sabe todo.

Gracias Padre por este tiempo.




[Prometo un post con todo lo aprendido, retos, impresiones sobre este Forum... ]

viernes, 28 de noviembre de 2014

El mejor regalo

Menos de un mes para Navidad. Sales a pasear por el centro de cualquier ciudad y sólo ves dos cosas: luces navideñas que empiezan a iluminar las calles y los comercios, y gente, mucha gente, con bolsas, comprando y comprando sin medida.



Además, el comercio español está intentado importar de Estados Unidos otra estrategia comercial más: el Black Friday (viernes negro) o el pistoletazo de salida para las compras "navideñas". Tiene lugar el día después de Acción de Gracias, es decir, justo hoy.


Nótese que he tildado "navideñas". ¿Por qué la sociedad consumista del primer mundo se comporta de esta manera? ¿Qué celebran en estas fechas? ¿De verdad conocen su significado? Creo que no, pues se afanan por comprar, y gastar para quedar bien con amigos, familiares, etc... pero olvidan que el mejor regalo que toda persona puede recibir no se compra.
 

El mejor regalo que puedes recibir es realmente un regalo y vino hace algo más de 2000 años a este mundo. Se llama Jesús.


¿Y si, por una vez, decides escuchar -de verdad- su historia? Te puede cambiar la vida, si le dejas...




[Nota: no quiero engañar a nadie, así pues diré que yo también hago mis compras navideñas, pero soy consciente de la verdadera naturaleza de estas fechas y soy afortunada por haber recibido ya a Jesús como regalo]

lunes, 17 de noviembre de 2014

Malos pacientes

En el último mes me han intervenido dos veces. Nada grave, sólo realizar dos exodoncias dobles de los cordales. O lo que lo mismo, me han quitado de dos en dos las muelas del juicio.


Pese a que las intervenciones fueron bien, no sentí absolutamente nada, no puedo decir lo mismo de los postoperatorios. Entre las altas dosis de medicación, el dolor y la hinchazón, el no poder apenas hablar (para no tirar de los puntos) y no poder masticar, todo recomendaba estarse quieta un par de días y dejarse cuidar.

Sin embargo, me he dado cuenta de algo. Soy una pésima paciente. ¿Reposo? ¿Estar quieta? Quizá en otro momento... Es cierto que no he salido de casa, pero dentro no he parado.


Sentir impotencia por no poder hacer todo lo que una quiere, desesperación por el dolor, y por la incapacidad de comunicarme de forma hablada ha hecho que los dos fines de semana de enclaustramiento hayan sido una tortura.



Pero, al mismo tiempo que ocurría esto, pude pensar y hacer un paralelismo entre esto y nuestra actitud frente a Dios. Hay ocasiones en que no dejamos que el Médico nos sane. No le permitimos cuidarnos cuando más lo necesitamos.


¿Por qué somos tan malos pacientes? ¿No somos capaces de ver que por nosotros mismos no encontraremos salvación? También necesitamos estar quietos y reposar en Él y dejarle sanarnos.



domingo, 2 de noviembre de 2014

Reflexión tras Timoteo

En mis tiempos de devocional de los últimos 10 días, he tenido ocasión de volver a leer las cartas del apóstol Pablo a Timoteo, entre otros textos. 

Es de esas cartas -como las que escribe a las iglesias en Éfeso o Filipos, que cada vez que leo redescubro o "repienso" ciertas cosas. No haré aquí un super estudio sobre ambas cartas, sino que os dejaré con mi reflexión final. 


"He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe"


Pablo concluye así una serie de exhortaciones y recomendaciones a Timoteo y, sin duda alguna, Pablo puede decir estas palabras. Pero... ¿y yo? 


Leí este pequeño pero muy potente versículo y me quedé pensando. ¿Seré capaz de pronunciar con tal contundencia estas palabras cuando se acerque mi final? ¿Y los que me conozcan podrán afirmarlo?


Desde el otro día, estas palabras me rondan en la mente y oro que estas palabras puedan ser una realidad en mi vida.

¿Y tú? Te animo a leer estas dos cortas cartas que Pablo le escribe a Timoteo. Hay mucho jugo para exprimir.