Llevaba muchos meses pensándomelo... y con el nuevo año lo he hecho realidad.
Pensando, orando, viendo cómo Dios me provee, ¿por qué no hacer algo más?
[Sí, la ofrenda en la iglesia es un deber/derecho/responsabilidad, apoyar a los GBU (de varias formas) es otra forma de dar y compartir lo que Él me da.]
Desde que me presentaron (y presté atención) al Programa Moisés de la Alianza Solidaria (asociación bajo la Alianza Evangélica Española), y tras haber visto en primera persona la realidad tan diferente y las verdaderas necesidades al otro lado del charco (desde una posición "privilegiada", todo hay que decirlo), me sentí conmovida.
¿Cómo es posible que aquí, en el primer mundo, nos quejemos de lo que "nos falta"? Es cierto que, en España, con la crisis, la situación ha empeorado, pero aún así, una gran parte de la población tiene satisfechas las necesidades básicas reales. Y, lo extraordinario, es que se quejan de que "no tienen", les "falta". ¿Qué os (nos) falta?
Os lo digo, sentido común, sobretodo. Ojo, que me incluyo en esa parte de la población, porque muchas veces olvido que tengo más de lo que realmente necesito para vivir.
En fin,que me voy del tema... Pues que llevaba muchos meses (¿años?) pensando si debería o no formar parte de Moisés. Tras mucha oración, vi que este era el momento.
La otra tarde, al llegar de la oficina, tenía un sobre del programa... Y vi su carita. Puedo decir que he apadrinado una niña de Soledad, una ciudad colombiana. Fue emocionante. Ahora, tengo un motivo más de oración.
Seguiré de cerca (lo máximo posible) su evolución... y espero que algún día ella pueda conocer también a Dios.
Me siento privilegiada por vivir en esta parte del mundo, sin merecerlo, sin buscarlo. Gracias Señor por esto y porque me permites compartir aquello que me das.